La Fiesta de la Virgen de Urkupiña en Córdoba, Argentina.
Al ritmo de diabladas,
morenadas, pujillay, llameradas y
caporales se celebró el sábado 16 de
agosto la fiesta de la “mamita de
Urkupiña” en Barrio Villa Libertador de la ciudad de Córdoba, Argentina.
La historia de la “mamita de Urkupiña”, advocación de la
Virgen María, remonta a su aparición en
el cerro de la Qota (cercano a Quillacollo) en la época de la colonia; y en las
fiestas en su honor se entrelazan la fe,
los ritos paganos, los rituales de
fertilidad de agosto, las tradiciones
culturales y danzas que recuperan la
historia y las historias del sometimiento y la dominación del pueblo boliviano.
La fiesta, que dura
tres días, tiene su punto culminante el
día sábado con la misa en acción de gracias, la procesión, el desfile, los bailes y las comidas típicas.
El viernes por la tarde, el día llamado de la “Víspera”, se hace una misa, se
presentan promesas por parte de los devotos, se bendicen los trajes de los
bailarines de las diferentes fraternidades y se anticipa lo que será la
fiesta del fin de semana, que concluye
el domingo.
El sábado, el movimiento alrededor de la plaza y de la
iglesia comienza temprano, y pueden observarse los vecinos vistiendo y
adornando los autos que acompañarán el desfile con telas típicas peruanas,
peluches, billetes y objetos de todo tipo
en símbolo de agradecimiento a la virgen por lo recibido y por lo que
vendrá.
A la misa de 11, los feligreses llevan las vírgenes de sus hogares para ser bendecidas y sumarlas a la procesión y al festejo. Es movilizante ver la devoción de los vecinos portando las imágenes que visitan a la Virgen de Urkupiña, en su casa. Terminada la misa, y en una salida triunfal en la que se festeja con papel picado y un sahumado de las vírgenes con coha -una planta ritual- , se inicia la procesión por las calles del barrio. Vírgenes de todos los tamaños vestidas con diferentes colores, e inclusive cuadros o estampitas marchan en procesión junto a vecinos, turistas y autoridades religiosas, civiles y militares que acompañan la celebración. Porque la devoción por la virgen de Urkupiña para el pueblo boliviano tiene una intensidad que solo la fe, y los misterios y la fuerza de la Pachamama pueden explicar. Esta devoción y popularidad fue lo que hizo, precisamente, que en 1985 se declarara el 15 de agosto, el día de la virgen, como “Día de la Integración Nacional” para el pueblo boliviano.
A la misa de 11, los feligreses llevan las vírgenes de sus hogares para ser bendecidas y sumarlas a la procesión y al festejo. Es movilizante ver la devoción de los vecinos portando las imágenes que visitan a la Virgen de Urkupiña, en su casa. Terminada la misa, y en una salida triunfal en la que se festeja con papel picado y un sahumado de las vírgenes con coha -una planta ritual- , se inicia la procesión por las calles del barrio. Vírgenes de todos los tamaños vestidas con diferentes colores, e inclusive cuadros o estampitas marchan en procesión junto a vecinos, turistas y autoridades religiosas, civiles y militares que acompañan la celebración. Porque la devoción por la virgen de Urkupiña para el pueblo boliviano tiene una intensidad que solo la fe, y los misterios y la fuerza de la Pachamama pueden explicar. Esta devoción y popularidad fue lo que hizo, precisamente, que en 1985 se declarara el 15 de agosto, el día de la virgen, como “Día de la Integración Nacional” para el pueblo boliviano.